El ordenamiento territorial aporta elementos jurídicos, metodológicos y técnicos para hacer de la planificación del uso y ocupación del territorio una herramienta para la búsqueda de un desarrollo ecológicamente sustentable, socialmente democrático y justo y regionalmente armónico.
No obstante, esto no ocurre espontáneamente. Depende del para qué y para quién se ordena, así como de las condiciones económicas y políticas bajo las cuales operan las políticas y planes. En este contexto, la política de ordenamiento territorial puede ser una herramienta de doble filo: Puede servir para profundizar los problemas territoriales actuales y brechas sociales si se pone al servicio de los objetivos económicos del libre mercado, o para contribuir a la construcción de un orden territorial más justo, si se le toma como una estrategia para un nuevo modelo de desarrollo, como un proyecto político de país, concebido en términos democráticos, con justicia social, cuyo desarrollo económico considere el valor de las condiciones naturales y de la diversidad geográfica y cultural, orientado básicamente a elevar las condiciones de bienestar de sus habitantes. Es esto lo que le da sentido al ordenamiento territorial y para cuyo logro, los geógrafos y académicos afines, tenemos conocimientos y acción que aportar.
No obstante, esto no ocurre espontáneamente. Depende del para qué y para quién se ordena, así como de las condiciones económicas y políticas bajo las cuales operan las políticas y planes. En este contexto, la política de ordenamiento territorial puede ser una herramienta de doble filo: Puede servir para profundizar los problemas territoriales actuales y brechas sociales si se pone al servicio de los objetivos económicos del libre mercado, o para contribuir a la construcción de un orden territorial más justo, si se le toma como una estrategia para un nuevo modelo de desarrollo, como un proyecto político de país, concebido en términos democráticos, con justicia social, cuyo desarrollo económico considere el valor de las condiciones naturales y de la diversidad geográfica y cultural, orientado básicamente a elevar las condiciones de bienestar de sus habitantes. Es esto lo que le da sentido al ordenamiento territorial y para cuyo logro, los geógrafos y académicos afines, tenemos conocimientos y acción que aportar.